Vivimos y trabajamos en equilibrio entre nuestro cielo y la meseta.
Bodegas Más Que Vinos surge en 1999 de la inquietud enológica del equipo hispano-alemán formado por tres amigos: Margarita Madrigal, Alexandra Schmedes y Gonzalo Rodríguez.
Nuestra filosofía se basa en el trabajo sostenible y ecológico con un espíritu innovador, respetando las tradiciones regionales.
Nuestros viñedos están ubicados en la alta Meseta de Ocaña (Toledo), a 750 metros de altitud con su característico clima continental. La mayoría son viñas viejas, en vaso, de cultivo ecológico, manual y sin riego.
Desde el comienzo abogamos por una viticultura y enología sostenible elaborando vinos modernos con las variedades autóctonas de la zona: Airén, Garnacha y Cencibel (Tempranillo). También nos dedicamos a recuperar variedades que se están perdiendo en la región, como la Malvar, asegurando el futuro de nuestra biodiversidad vitícola.
Nuestra bodega está ubicada en Cabañas de Yepes, en la provincia de Toledo. Rodeada de viñedos, bajo el cielo azul de la Meseta de Ocaña, creamos vinos en armonía con nuestro entorno.
En Dosbarrios se encuentra la antigua bodega familiar de tinajas de La Plazuela que data del año 1851, seguimos criando el vino que lleva su nombre.
Recuperamos las tradiciones vinícolas de la zona y empezamos a elaborar aquí nuestros vinos, basando nuestro trabajo en el cultivo de las variedades autóctonas: Cencibel (Tempranillo), Garnacha, Malvar y Airén.
Creadores de experiencias
En Bodegas Más Que Vinos elaboramos diferentes vinos: Ercavio, los vinos que marcaron el inicio de la bodega; las Ediciones Premium, vinos de pequeña producción, cada uno con su historia única; Los Conejos Malditos, vinos elaborados con uvas de viñas que son atacadas por estos roedores.
Somos Piedad y Jorge, hermanos provenientes de una tradicional familia de agricultores. Cinco generaciones. Nacimos entre viñedos, olivos y cereal, en un pueblecito de Toledo llamado Villanueva de Alcardete. Nuestros padres, Cipriano y Marisol, nos enseñaron a amar y a respetar la naturaleza. Hemos visto a nuestros progenitores “dejarse la piel” en el campo, realizando de primera mano todas las actividades y cuidados que conllevan las cosechas, incluso hemos colaborado, desde bien pequeños, en muchas de ellas: sarmentar, coger aceituna, vendimiar… han formado parte de nuestra niñez y adolescencia.