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ADRIAN MORENO LLORENTE – BODEGA RULEI

ADRIAN MORENO LLORENTE – BODEGA RULEI

Dirección:

Calle Real, 57

26310 Badarán, La Rioja

 

Contacto:

Teléfono: 679266837

bodega@rulei.es

www.rulei.es

LOCALIZACIÓN

FILOSOFÍA RULEI

Cultivar la viña conociendo sus características, su evolución, sus condicionantes y, sobre todo, respetando su producción.

Haciendo viticultura sostenible, respetuosa con la biodiversidad y los recursos naturales.

Elaboración de pequeñas cantidades con el mimo y cariño que sólo una pequeña bodega puede proporcionar a sus vinos.

Seleccionando las mejores añadas y las mejores uvas posibles de la explotación con la maduración óptima de cada variedad.

El resultado: vinos artesanales y naturales de sensaciones inesperadas e identidad única.

Adrián Moreno Llorente, arquitecto y graduado en Administración y Dirección de Empresas, y su padre, elaboran desde 2011 RULEI, el vino que procede de las dos viejas viñas que le ha transmitido su familia, las cuales cultiva personalmente como viticultor.

Ambos centran su esfuerzo en la elaboración de pequeñas cantidades de vino, para que el mimo y el cariño que necesita un buen vino no falte. Ésto, y el respeto hacia el vino y las uvas, como una elaboración natural, sin artificios y una viticultura sostenible, conforman la filosofía RULEI.

Una pequeña bodega familiar artesanal de unos 140 m2, construida en torno a 1890 y excavada en la tierra de la forma tradicional en la zona.

Está situada en Badarán, en el corazón del Valle del Alto Najerilla, en la subzona de la Rioja Alta. Es un municipio de larga tradición elaboradora de vino con gran cantidad de bodegas artesanales en su barrio de las bodegas y, a su vez, único en el mundo por sus viejos viñedos de garnacha.

Está restaurada y reformada, para adaptarla a los procesos de elaboración de la actualidad, pero manteniendo una vinificación tradicional.

Se recibe la uva en la bodega en cajas y en pequeños remolques. Tras despalillar toda la uva tinta, se fermenta ésta en los lagos de hormigón, grandes depósitos de unos 30.000 litros, en los que hollejos, pepitas y mosto realizan su metamorfosis a vino. Convierten el azúcar en alcohol, el color se va tornando rojo rubí y los aromas y sabores a frutas van apareciendo.

Una vez finalizada la fermentación alcohólica, se sangra el lago y se prensa el sólido restante. Y comienza la fermentación maloláctica en la parte inferior de la bodega, en cubas más pequeñas de hormigón, o ya directamente en las barricas donde después hará su crianza.

Tras sus múltiples meses evolucionando en la crianza, se embotella y se deja reposar en el botellero donde se redondeará y afinará.



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