Somos José Ángel, viticultor y Patricia, enóloga. Juntos decidimos emprender este proyecto familiar, cuidando desde la viña hasta la botella cada uno de los procesos de elaboración de una edición muy limitada de vinos. Nos apasionan nuestros trabajos, y somos amantes del vino y todo su entorno. De ahí que cuidemos personalmente de la viña y la micro bodega, estando presente en cada etapa del proceso.
Comenzamos hace 5 años con la elaboración de un Sauvignon Blanc y hoy contamos con tres referencias de vinos blancos y un vino tinto.
Nuestra primera propuesta es Serapio 2023, un vino 100% Sauvignon Blanc que procede de la parcela familiar situada en el término de Mota del Cuervo, concretamente dentro del complejo lagunar de Manjavacas, la cual se maneja de forma ecológica. La parcela está en un suelo franco arenoso en estricto secano, lo cual lo intentamos paliar, con podas cortas, mínimo arado, pero sin dejar actuar las malas hierbas, aclareo de vegetación, podas en verde y sombreado de racimos, orientándola con todas las labores a bajas producciones.
Es un vino que ha fermentado de manera controlada y que ha estado en contacto sobre sus lías finas durante 3 meses, siendo mínimamente filtrado para conservar sus aromas. De color amarillo brillante con reflejos verdosos, sus aromas cítricos, florales, herbáceos y con recuerdos de fruta exótica, consiguen una boca fresca, intensa, con mucho volumen y persistente.
Serapio 2023 es una edición limitada de 1.100 botellas, la uva fue recolectada en la madrugada del 8 de agosto, para conservar su frescura y evitar oxidaciones tempranas que puedan provocar una pérdida de aroma en botella.
Otro Sauvignon Blanc procedente de la misma parcela, Serapio Risco. El “hermano mayor” de Serapio, se elabora a partir de la uva seleccionada en una zona específica de la parcela que presenta una losa de piedra a poca profundidad, lo que origina un suelo poco profundo y pedregoso, que se traduce en mineralidad y frescor en boca del futuro vino. La uva es la apropiada para la elaboración que llevamos a cabo con Serapio Risco, fermentamos 100% en barrica de roble, seguido de una crianza en la propia barrica, en contacto con sus lías finas.
Mantenemos la esencia y el perfil de Serapio, apareciendo en boca las características de la elaboración… boca golosa, volumen, persistencia, buena integración de la madera, una boca amplia sin perder la acidez y el frescor característico de Serapio. Elaboramos 600 botellas de este vino de largo recorrido con un buen potencial y vida en botella.
Nuestro último blanco es Serapio Airén, variedad autóctona de la zona. Hemos querido respetar todo el potencial que tiene la variedad, dando como resultado 500 botellas de un vino expresivo y que pone de manifiesto las peculiaridades del suelo. Procede de una parcela de más de 40 años. Viña madura formada en vaso, con personalidad, que junto con la fermentación en contacto con las pieles hace de este vino un airén diferente.
Nuestra última incorporación a la familia es Serapio Syrah, procedente de una viña arenosa, de suelo profundo, relativamente pobre, que se adapta muy bien a la variedad, originando una maduración lenta, donde la concentración de aromas y sabores es máxima. La influencia de un suelo muy calizo y salino en la zona hacen que en el vino aparezcan una amplia gama de matices. Junto con la crianza en barrica de roble americano, conseguimos un vino goloso, sabroso, equilibrado y persistente del que en esta añada se han elaborado 1100 botellas.
Todos los trabajos en bodega se realizan de forma manual, ya que nuestra filosofía es trabajar la materia prima en viñedo y a continuación, acompañar la uva durante todo el proceso de elaboración sin intervenciones innecesarias.
En todos los vinos, hemos evitado someterlo a un proceso de estabilización tartárica.
El objetivo es omitir los procesos donde se pueda perder intensidad aromática y calidad, por ello, una posible aparición de precipitado tartárico es completamente natural, sin comprometer la calidad del vino.